Los secretos de cómo financiaron su primera casa_02
- Editorial Metroscubicos
- 7 jun 2016
- 2 Min. de lectura

Isela Muñoz. Autora del blog www.elpesonuestro.com y del libro De Deudor a Millonario.
Desatinos con resultado feliz. 01 de Julio del 2014
Regresemos el tiempo al año 2000: tenía 29 años, vivía en casa de mi papá, tenía un buen trabajo y cerca de $40,000 pesos ahorrados.
Sin plan real para ese dinero me atrajo la idea de comprar una casa, no por necesidad sino porque una inmobiliaria me ofreció una propiedad atractiva.
La casa costaba $320,000 pesos, en aquel tiempo no existía la opción de elegir un crédito hipotecario, porque la inmobiliaria te daba una sola opción; que en mi caso fue un crédito en UDIS a 20 años.
Cuando me aprobaron el financiamiento recuerdo que la persona que me atendió me dijo que estaba en el límite de ingresos-enganche; pero en ese momento no comprendí que eso significaba que era una clienta de alto riesgo y el costo del crédito sería altísimo.
Compré en preventa así que la casa la entregaron un año después. Unas semanas antes de recibir las llaves pasamos a la notaría en grupo a firmar las escrituras; nadie nos explicó nada sólo nos entregaron un montón de documentos para que leyéramos y firmáramos. Admito que lo hice sin entender las condiciones.
Siete años de pagos después me di cuenta que mi deuda no se había reducido, al contrario había empezado a aumentar. ¡Ya había cubierto una vez la deuda y me faltaba pagar una cantidad similar todavía!
En pánico busqué cómo reducir mi deuda y mi única opción fue hacer pagos a capital ya que no podía vender la propiedad: mi ciudad vivía la peor crisis de seguridad y todo mundo quería vender cuando nadie compraba.
Por tres años viví un plan de austeridad para poder pagar doble mensualidad, en marzo del 2010 por fin pude decir que la casa era mía. Por tres años todos mis aguinaldos, fondos de ahorro, reparto de utilidades y bonos se usaron para la hipoteca.
Si ahora tuviera que comprar otra vez una casa no volvería a repetir los mismos errores:
Me enfocaría más en el crédito antes que en los ladrillos.
Compraría una propiedad usada en lugar de una en preventa.
Compraría sólo por necesidad real y no por necedad creada.
Tendría más ahorros y menos deuda.
Ahora que soy asesora patrimonial hipotecaria les explico a las personas que van a comprar casa todo lo que deben saber antes de firmar. Para algunos clientes es difícil escuchar un “no te alcanza para comprar esa casa”, pero después de analizar los números entienden que deben ajustarse a su realidad financiera.
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